Tus palabras son
como las hojas secas
en el otoño que nos sobrevino;
el viento las hizo suyas
y viajaron allá donde pudieran escapar
de la memoria.
Todas las lágrimas
derramadas, igual que los ríos,
fueron a parar al mar.
Donde ya no son nada.
Ahora tú tienes un corazón lleno
y yo unas manos vacías.
1 comentario:
Me quedo a tomar café en las últimas once palabras. Y que amanezca.
Acabo de llegar y me quedo.
pdt: no me deja guardar tu blog en el reader, es que has cambiado la url? :/
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