Este dedo que perdió
la inocencia hace ya demasiado
marca ahora un punto del atlas
sabiéndolo irrelevante.
No hay descanso
cuando la guerra
se libra por dentro;
no hay refugio
cuando el mal
es una consciencia
hecha añicos.
Qué importa el mapa
cuando podría recorrer el mundo entero
a pie, peregrino en busca de una
salvación
que no existe.
En las manos llevo a sangre
impreso el estigma de la desolación,
el recuerdo del constante acarrear
un cuerpo vacío y una mente llena
de voces que son mi propia voz.
Que son mis demonios.
¿Dónde te escondes, vida?
Que quiero sentirte dentro.
¿Dónde habitas, temblor de corazón?
Que quiero volver a sonreír con la
mirada.
(El texto forma parte de este proyecto bonito, en el que siempre estáis a tiempo de participar)
3 comentarios:
Dentro. Siempre está dentro.
Una salvación que no existe, pero una salvación de vida que es el sonreír con la mirada. Un abrazo, me quedo por aquí :)
♥
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