no sé en qué momento nació
esta incapacidad para llorar
la propia pena.
sólo soy un cuerpo tembloroso,
de facciones compungidas
y ojos secos;
la brisa más tenue podría llevarme
allí donde habita el olvido.
aquí el tabaco es la impotencia,
la sangre siempre solución.
a veces creo que un abrazo podría
curarme la soledad,
otras me siento estúpida por buscar la salvación
en otros cuerpos,
pero aquí dentro todo es vorágine
de caos e implosiones sordas.
nadie puede salvarme.
ni siquiera yo.
1 comentario:
Me ha llegado tan dentro que tengo un nudo en la garganta y demasiadas ganas de llorar. (qué triste sentir eso, qué triste saber de lo que hablas, qué triste que ambas sepamos lo que es eso).
Qué bonita es tu poesía,
¿para cuando un fanzine de ella y yo comprármelo?
abrazos fuertes
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