18.7.16

Un día habré de marchar
y crear mi propio nido
porque ese es el orden natural de las cosas.
No. A mí me importa un carajo
el orden natural de las cosas.
Sucede que he de demostrarme
que hay posibilidad de subsistencia
más allá del abrazo materno;
porque independencia implica desamparo;
los miedos vienen conmigo.
Cuánto tardaré en llamar hogar al hogar
nadie puede saberlo.

Será un lugar lleno de luz
y de flores de plástico
para que no hayan de morir nunca.
Todo impregnado de lo que recuerda
a la vida, de lo que es vida
aunque mis girasoles no necesiten agua.
Pero serán compañía y serán sonrisa.
Las paredes blancas y los muebles blancos
y el baño rojo y las sábanas azul
como el cuadro de Aiwazowski sobre el cabecero.

Los gatos, ajenos al estremecer quedo
de quien sabe que el peligro está al acecho,
y que tener ganas no siempre es suficiente.
Gatos que se dejen acariciar cuando enferme
y cuiden de mi alma desvalida
cuando el cuerpo flaquee y haya de guardar cama.

Será empezar una vida dentro de un santuario
construido para venerarme a mí y para venerarla a ella.
Sólo que únicamente puedo permitirme la existencia
porque así lo elegí una vez.

1 comentario:

Unknown dijo...

¡Hola! Me encanta y me he sentido indentificada, creo que dentro de poco voy a tener que dejar el nido y también me da un miedo... Un abrazo.

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